En pleno otoño, y con la aparición de las muy deseadas y necesitadas lluvias, la actividad de los incendios forestales se ha reducido a mínimos, al igual que los medios anti-incendios, con los últimos despidos del año. Comenzamos:

En España, como mencionaba antes, el mes ha sido de lo más tranquilo, gracias sobre todo por la cantidad de lluvias repartidas por toda la Península. Destaca un incendio en Cangas del Narcea (Asturias) que dejó unas 60 hectáreas afectadas y dos en Badajoz, con unas 20 hectáreas cada uno.
Aunque con una cantidad de siniestros mayor, el territorio afectadas están siendo muy similares a la media de los últimos 10 años con unas 65.000 hectáreas afectadas respecto a las 62.000 de promedio y 413 siniestros respecto a los 151 de los últimos 10 años.
En el ámbito internacional, las peores imágenes nos vienen del otro lado del mundo, concretamente desde Australia, donde una de las peores olas de incendios de su historia, ha puesto en alerta a toda la zona de Nueva Gales del Sur y ha teñido de naranja los cielos de Sidney donde viven más de 5.000.000 de personas
Antes de que su temporada alta comenzara, las estadísticas ya eran atroces: 7 fallecidos, 1.400 casas destruidas y casi 2.000.000 de hectáreas afectadas, además de haber puesto en peligro a todo un símbolo nacional como es el Koala. Al igual que ellos, deseamos que la lluvia puede ayudar a solucionar este problema, ya que aun permanecen más de 100 incendios activos.