Mitos e Incendios Forestales: Terrorismo ambiental

Tras ver que las penas relacionadas con los incendios forestales no eran tan bajas como la opinión popular cree, vamos a intentar desmontar otra de las frases más repetidas cuando el monte es arrasado por las llamas. Vamos a buscar a los «Terroristas Medioambientales»

Un hombre contempla un fuego al sur de Portugal. Foto 20minutos.com

¿Qué es el terrorismo?

Antes de ver las principales causas de ignición del fuego, tenemos que definir que se consideraría terrorismo, para ver si alguna definición nos encaja con nuestro problema. Según la Real Academia Española de la Lengua terrorismo se define como:

  1. Dominación por el terror.
  2. Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror.
  3. Actuación criminal de bandas organizadas, que, reiteradamente y por lo común de modo indiscriminado, pretende crear alarma social con fines políticos.

Una vez tenemos una definición clara de lo que es el terrorismo, vamos a ver cuáles son las principales causas de los incendios forestales de nuestro país.

Las causas de ignición

Para poder ver el desglose de las causas de ignición de los incendios con datos oficiales, tenemos que usar el último informe del decenio publicado por el Ministerio de Agricultura y que corresponde al periodo comprendido entre 2006 y 2015.

En este informe observamos que de los más de 130.000 incendios que ha habido durante el decenio, solo un 7,11% ha tenido un origen natural por lo que queda claro que la mano del hombre ha estado detrás de la gran mayoría de incendios durante este periodo. Pero, ¿podríamos hablar ya de terrorismo ambiental?

La actividad humana está detrás del 80,77% de los IIFF ocurridos entre 2006 y 2015, lo que supusieron más de 880.000 hectáreas afectadas

Aunque el ser humano esté vinculado a casi todos los incendios forestales, no podemos incluir las negligencias o accidentes en esta búsqueda de terrorismo ambiental, ya que implica una intencionalidad. Por lo tanto, tenemos que analizar cuáles son las causas de los incendios que han sigo provocados de manera intencionada, y en esto, las estadísticas del Ministerio de Agricultura también nos ayudan:

En el gráfico de arriba, ya observamos dónde está la tendencia clara de los incendios forestales intencionados, y es que la actividad de la agricultura y ganadería suponen más de 67% de los casos de fuegos provocados. Esto es un problema muy latente sobre todo en el norte de España, donde podemos ver como los tres primeros meses del año se juntan casi todos los incendios en las comunidades autónomas de Asturias y Cantabria y suelen tener una causa común, la regeneración de pastos.

Aunque estos incendios tengan una intencionalidad clara, no se podrían incluir como terrorismo medioambiental, ya que ni tienen fines políticos ni se utilizan para sembrar el terror. Su explicación es mucho más sencilla, abaratar costes para la producción de alimento. Se trata de un problema estructural y cultural que debería combatirse pronto, en una unión entre las administraciones y los interesados potenciando las quemas prescritas controladas.

El otro tercio de causas se diluyen en multitud de motivaciones: enfermedad (7%), caza (4%), venganza (2%), etc. El único apartado que podría encajar con terrorismo ambiental sería el vandalismo pero en estos actos se ha descartado el terrorismo. Por ejemplo, en la oleada de incendios forestales de Galicia de 2017, las investigaciones descartaron tramas criminales, aunque desde el ámbito político solo se señalaba a eso.

Viendo estas estadísticas oficiales, también podemos tirar abajo otros bulos como el de los incendios provocados para la modificación del uso del suelo, ya que estos solo suponen el 0,37% del total de los intencionados. O el de los provocados por la industria maderera, que solo supone el 0,08%.

En resumen, no existe ninguna evidencia de que en España se pueda asociar los incendios forestales a algún tipo de terrorismo, ni se han registrado organizaciones criminales que intenten provocar situaciones de terror en nuestro territorio. Eso sí, los incendios forestales van unidos a la actividad humana desde tiempos inmemoriales, para bien o para mal:

Nota: todos los gráficos que aparecen en el artículo están realizados por el Ministerio de Agricultura. Puedes ver el informe completo aquí

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